Hace unas semanas asistí a las Jornadas sobre Economía Española, desarrolladas en la Universidad de Alicante. Este año se celebraba su XXVI aniversario. Un marco ideal en el que diversos economistas, establecieron el diagnóstico y propusieron la cura de un enfermo llamado España.
Las jornadas navegaron entre un pesimismo absoluto y el más absoluto de los pesimismos por la gravedad de la crisis, pero siempre con el horizonte puesto en la salida de la crisis.
Y es que no podía ser de otra forma, después de la euforia económica que hubo en España. Sin embargo, la dura realidad manifestada en nuestro país en un crecimiento desmesurado del desempleo y una falta de crédito a las empresas, nos ha despertado del sueño.
Han sido dos días para el debate, para la reflexión, para la crítica y, porque no, para la autocrítica hacia nosotros, los economistas.
Nos vemos el próximo año.
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