Hace unos días se entregaban los premios TR35 Spain, unos premios que se otorgan a la innovación en el contexto de las tecnologías emergentes. La simple entrega de estos premios me ha llevado a reflexionar.
Pues bien, los premiados han sido el catalán Pau García Milà, galardonado con el premio Innovador del Año, y la madrileña Teresa Gonzalo, con el premio Innovadora Solidaria del Año.
Teresa Gonzalo, es una joven de 33 años que trabaja en el desarrollo de nanotecnología para prevenir el contagio del VIH.
Por otro lado, Pau García-Milà es el fundador de EyeOs, un software libre que permite consultar en línea toda la información almacenada y dispone de un fuerte sistema de seguridad y protección de datos del software que hacen de él una aplicación revolucionaria en el almacenamiento de datos.
EyeOs es una empresa de garaje que creó Pau Garcia-Milà junto a su amigo Marc Cercós, con tan solo 3.006 euros que pidieron prestados.
La culpa, una simple cuesta que separaba sus casas, por lo que para ahorrarse paseos idearon este software en la nube. Hoy en día todo el mundo habla de su novedoso sistema.
Proyectos como el de Pau, hacen ver que nuestro país todavía está a tiempo de subirse al carro de la revolución tecnológica, pero para ello se deben asumir cambios estructurales. Un país que quiere ser competitivo no puede limitar el acceso a la innovación y a las nuevas tecnologías.
Pau ha declarado que “empezar cosas en España es eternamente difícil. En EEUU emprende el 60 por ciento de los que tienen ideas; en España sólo el 3 por ciento”. Y es que la cultura de la innovación y el emprededurismo en nuestro país está dormida, anclada en ideas del pasado.
Hoy en día, la idea de un Silicon Valley en España es imposible, pues las Administraciones españolas en vez de crear entornos adecuados e incentivos empresariales siguen a la caza de empresas, dificultando su existencia a través las reglas fiscales establecidas que, en otros países jamás se habrían planteado. Zara es la primera que ha anunciado su marcha, pero ¿será la última?
Mientras nuestro país considere que Internet y las nuevas tecnologías son una herramienta para vulnerar derechos y no una manera de promover el crecimiento económico seguiremos lejos de la nueva cultura empresarial, de la innovación, del empleo y lejos de crear de nuestro presente un futuro.
Y es que no se le pueden poner puertas al campo.
Pues bien, los premiados han sido el catalán Pau García Milà, galardonado con el premio Innovador del Año, y la madrileña Teresa Gonzalo, con el premio Innovadora Solidaria del Año.
Teresa Gonzalo, es una joven de 33 años que trabaja en el desarrollo de nanotecnología para prevenir el contagio del VIH.
Por otro lado, Pau García-Milà es el fundador de EyeOs, un software libre que permite consultar en línea toda la información almacenada y dispone de un fuerte sistema de seguridad y protección de datos del software que hacen de él una aplicación revolucionaria en el almacenamiento de datos.
EyeOs es una empresa de garaje que creó Pau Garcia-Milà junto a su amigo Marc Cercós, con tan solo 3.006 euros que pidieron prestados.
La culpa, una simple cuesta que separaba sus casas, por lo que para ahorrarse paseos idearon este software en la nube. Hoy en día todo el mundo habla de su novedoso sistema.
Proyectos como el de Pau, hacen ver que nuestro país todavía está a tiempo de subirse al carro de la revolución tecnológica, pero para ello se deben asumir cambios estructurales. Un país que quiere ser competitivo no puede limitar el acceso a la innovación y a las nuevas tecnologías.
Pau ha declarado que “empezar cosas en España es eternamente difícil. En EEUU emprende el 60 por ciento de los que tienen ideas; en España sólo el 3 por ciento”. Y es que la cultura de la innovación y el emprededurismo en nuestro país está dormida, anclada en ideas del pasado.
Hoy en día, la idea de un Silicon Valley en España es imposible, pues las Administraciones españolas en vez de crear entornos adecuados e incentivos empresariales siguen a la caza de empresas, dificultando su existencia a través las reglas fiscales establecidas que, en otros países jamás se habrían planteado. Zara es la primera que ha anunciado su marcha, pero ¿será la última?
Mientras nuestro país considere que Internet y las nuevas tecnologías son una herramienta para vulnerar derechos y no una manera de promover el crecimiento económico seguiremos lejos de la nueva cultura empresarial, de la innovación, del empleo y lejos de crear de nuestro presente un futuro.
Y es que no se le pueden poner puertas al campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario